¿Por qué se produce la sensibilidad dental?
¿Llevas un tiempo sintiendo como un pinchazo o un calambre cuando consumes un helado, una bebida fría o caliente, o un alimento dulce o ácido? Si es así, debes saber que lo más probable es que sufras ‘sensibilidad dental’. Ocurre porque los nervios del diente quedan ‘al aire’, es decir, porque la dentina, que generalmente está protegida por el esmalte en la corona, el cemento en la raíz y rodea la pulpa entera, se debilita.
Se trata de un diminuto tejido poroso en el que se encuentran miles de tubos microscópicos que lo atraviesan y que contienen los extremos de los nervios. Al debilitarse, esa parte del diente queda expuesta y por eso los nervios son más vulnerables tanto al calor como al frío.
Qué hacer si sufres sensibilidad dental
Lo primero que debes hacer cuando sufres esta dolencia es acudir a un odontólogo para que estudie tu caso e indique el tratamiento adecuado. La falta de un control adecuado podría desencadenar caries, gingivitis o periodontitis.
Se trata de una molestia bastante común que afecta a uno de cada siete adultos. Y aunque en la mayoría de los casos desaparece casi tan rápido como aparece el dolor, no hay que dejarlo pasar ya que puede ser señal, entre otras cosas, de que nuestros hábitos diarios de higiene oral no son adecuados o de que sufrimos alguna otra patología. De hecho, en la mayoría de los casos está relacionado con el estilo de vida de los pacientes que la padecen.
Factores que puede causar la sensibilidad dental:
Cepillarnos los dientes con una pasta dentífrica abrasiva o con más fuerza y frecuencia de la necesaria (lo habitual es hacerlo tres veces al día).
Hay ocasiones en los que realizar un blanqueamiento de los dientes, una limpieza dental, u ortodoncia pueden causar sensibilidad, ya sea durante o después del procedimiento.
El bruxismo (excesiva fuerza de la masticación).
La erosión del esmalte dental por el consumo frecuente de alimentos o bebidas ácidas.
El tratamiento periodontal, sobre todo la cirugía, puede eliminar parte de la encía dando lugar a la recesión gingival.
Patologías generales como son las estomacales (úlcera, hernia de hiato, etc.) o psicológicas (bulimia, anorexia nerviosa).
En cualquier caso, si sufrimos este dolor hay que acudir a la consulta de un especialista para que determine la causa, establezca su diagnóstico, y determine su tratamiento adecuado. Y es que en algunos casos podría deberse a la existencia de patologías subyacentes, como, por ejemplo, la caries dental.