Carillas para embellecer la sonrisa
Las carillas son un tratamiento de estética dental que permite mejorar el aspecto de la sonrisa modificando la forma y el tamaño de los dientes. Estas pequeñas láminas, que se aplican sobre la superficie de las piezas dentales, pueden ser de composite o de porcelana.
Las carillas de composite están elaboradas con resina compuesta utilizada como material restaurador. También es usada por profesionales de la odontología para la reconstrucción estética del diente y la rehabilitación de la sonrisa, así como para objetivos más funcionales como los rellenos. Este material permite reemplazar el esmalte dental con un resultado totalmente natural, adaptándose al diente y a los tejidos de su alrededor. Las carillas de esta resina modifican la forma y el diseño del diente mediante capas de composite que se adhieren a la superficie externa del diente. Su grosor oscila entre los 0’3 y 0’9 mm, por lo que no es necesario ningún tipo de tallado sobre los dientes originales para compensarlo. Generalmente el procedimiento puede realizarse por completo en dos visitas. Durante la primera, eminentemente informativa, se explicará el procedimiento al paciente, así como los resultados que puede obtener. También se examinará el aspecto de los dientes y su anatomía. En la segunda visita se procederá a la colocación de las carillas de composite, un procedimiento poco invasivo e indoloro. En primer lugar se procede a la limpieza del diente y a su aislamiento mediante una tira de plástico. A continuación se aplica el adhesivo que sujetará la carilla e inmediatamente después la resina o composite en capas muy finas, cubriendo las zonas necesarias. De esta manera pueden realizarse las correcciones necesarias mientras se le va dando forma al nuevo diente directamente sobre el original. Se utilizarán varios tipos de resina en función de si es necesario cubrir más zonas o aportar más brillo o color a la carilla. Antes de terminar se aplica una luz LED para que la resina se seque y endurezca. Finalmente la carilla se pule para que el acabado del diente sea perfecto. La duración de la sesión varía en función del número de dientes a tratar. Al no ser necesario tallar el diente el proceso es reversible si en algún momento quieren retirarse las carillas para realizar otros tratamientos. Otra de las ventajas es que no es necesario utilizar anestesia, pues se trata de un procedimiento totalmente indoloro.
La duración de las carillas de composite depende en gran parte de los hábitos de los pacientes, aunque suelen durar entre 2 y 5 años. Es habitual que después de ese tiempo aparezcan algunas manchas (debida al café, tabaco, u otros agentes externos) sobre su superficie. Este tipo de tratamiento no requiere cuidados especiales, más allá de unos hábitos higiénicos adecuados, aunque resulta conveniente acudir a la consulta del dentista al menos una vez al año para realizar el mantenimiento necesario: blanquear las carillas, pulirlas, limarlas… Es fundamental que su colocación sea realizada por un profesional especialista en odontología estética, y que conozca las técnicas de estratificación utilizadas para mimetizar el material que se coloca alrededor del diente.
Las carillas de porcelana son otro tipo de carillas estéticas. Su grosor varía entre los 0’8 y 1’5 mm. La porcelana es un material muy duro, con una gran resistencia a las abrasiones y a los posibles cambios de color o manchas. Tradicionalmente, debido a su mayor grosor, era necesario tallar ligeramente el esmalte dental para reducir su superficie y compensar el grosor de la carilla. Sin embargo, gracias a los avances tecnológicos han aparecido diferentes modalidades, como las Carillas Lumineers, que no requieren dicho tallado. La elección de unas carillas u otras dependerá de la valoración que realice el dentista sobre el caso concreto del paciente.
El procedimiento a seguir es similar al de las carillas de composite. Durante la primera visita el dentista examinará los dientes y aconsejará al paciente el color y la forma más adecuados para su dentadura. Durante la segunda sesión se preparará cada uno de los dientes en los que se vaya a colocar una carilla mediante un proceso de tallado para reducir un poco la superficie del diente. La reducción será sólo de entre 0’5 y 0’7 mm, para compensar el grosor de las carillas y que el tamaño resultante de los dientes sea el idóneo. Durante el limado se utiliza anestesia local para evitar la sensibilidad, ya que puede tratarse de un proceso molesto para el paciente. Cuando el tallado finaliza es habitual sentir unos pequeños espacios interdentales, pero estos quedaran perfectamente cubiertos por las carillas cuando estén colocadas. Después del tallado el dentista procederá a tomar medidas de la dentadura mediante moldes y fotos que se enviarán al laboratorio para construir cada carilla de forma exacta y totalmente personalizada. Después del limado dental se colocan sobre los dientes unas carillas provisionales de composite mientras se diseñan las definitivas de porcelana. En la tercera sesión el dentista preparará cada carilla y la probará sobre los dientes del paciente. Cuando este dé el visto bueno, se procede a su colocación. Las carillas se adhieren con una resina especial, por lo que la fijación es la misma que si se tratase de un diente natural. Además, debido a su resistencia no requieren de ningún cuidado especial: basta con mantener unos hábitos de higiene adecuados.
No existe un duración determinada de este tipo de carillas, aunque la media es de entre 15 y 20 años sin perder su color original ni sufrir desperfectos, aunque, por supuesto, su conservación en buen estado dependerá en gran medida de los hábitos del paciente (tabaco, alcohol, morder o sujetar objetos con los dientes,etc. ). Si quieres saber más sobre este tipo de tratamiento recuerda que puedes consultar con nuestro equipo a través de nuestro formulario de contacto o de nuestras redes sociales.